lunes, 27 de septiembre de 2010

Ya estamos a lunes...¿otra vez?


El propio Gardfield afirmaba que odiaba los lunes, ese terrorífico día para muchos, motivo de alegría para otros.

Sea como fuere hay una persona que puede controlar el devenir y las emociones de este día. Una persona capaz de re-interpretar su entorno, adaptarse y superarlo con una sonrisa en la cara que celebrará con la llegada del viernes.

Y sabes a qué persona me refiero.

Tú. ¿Quién si no?

Los cambios en la actitud son internos y constituyen la principal defensa contra los cambios externos. "Al mal tiempo buena cara", como cita nuestro popular refranero, a lo que yo añadiría "Al mal tiempo ponle una careta de payaso y una peluca rosa" para verlo con otros ojos y reírte todavía más de la situación.

Los lunes no van a dejar de existir. Nos acompañarán hasta el final de los días, incluso en el caso de que se produzca una invasión extraterrestre que domine nuestra civilización. En ese supuesto puede que incluso se dupliquen los lunes y tarden menos de una semana en aparecer.

El lunes, paradigma de eso que tanto nos cuesta hacer: trabajar.

Creo que hay un factor de comunicación de masas que afecta de lleno al fenómeno, contagiándose de persona en persona. ¿O quién no ha llegado animado un lunes para, en cuanto ha visto la actitud de sus compañeros, derrumbarse y rezar para que fuese viernes de nuevo?

Factor Interno: Nosotros. Lo podemos controlar.

Factor Externo: Los demás... ¿o nosotros también? (ergo, lo podemos controlar).... ;-)

Ahí queda la reflexión.


Añado una serie de curiosos consejos que he recopilado de otros artículos para combatir la pereza y tristeza que acompañan el final de un fin de semana lleno de actividades lúdicas.

De nuevo aluden al positivismo y a la voluntad.


  • Autoconvencimiento: El lunes es un día que hay que tomarse con humor. Recuerda: ningún día está tan lejos del próximo lunes como el propio lunes, y eso sin dudas lo hace especial y más querido.
  • Alivio compartido: saber que tu jefe o superior tiene más preocupaciones que tú en estos días no da la felicidad, pero alivia un poco la carga de un día con reputación gris.
  • Puedes derivar trabajo a tus subalternos. Si eres jefe y te sientes abrumado por los lunes y tus responsabilidades laborales, al menos tienes una salida: siempre puedes derivar trabajo a tus subalternos y aliviarte así la carga del día.
  • Amabilidad: Los lunes por la mañana algunos son capaces de sentir instintos destructivos sólo de pensar en la sonrisa de ese compañero de trabajo que resulta particularmente irritante. Trata con amabilidad extra a los demás y ellos harán lo propio contigo. Este simple gesto ayudará a pasar mucho mejor el día.
  • Terapia musical: Escucha tu canción preferida rumbo al trabajo. Está comprobado que la música es capaz de cambiar el estado de ánimo de las personas.
  • Terapia física: Está comprobado que el ejercicio físico moderado por la mañana carga de energía para el resto del día e incluso ayuda a regular el apetito.
  • Expectativas: Plantearse una meta atractiva para todos los lunes es uno de los mejores alicientes para superar la clásica depresión de este día. Puede tratarse de un concierto, de una película en el cine, de una cena en pareja o de una salida con amigos.
  • Aclimatación: Si has pasado el fin de semana fuera de la ciudad o fuera de casa, te recomendamos no volver el domingo muy tarde ni el lunes por la mañana.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Apuntes sobre "¿Quién se ha llevado mi queso?"


"¿Quién se ha llevado mi Queso?" es un archiconocido cuento de Spencer Johnson sobre el cambio que tiene lugar en un laberinto donde cuatro divertidos personajes buscan “queso”.

Es un libro editado en 1998 y muy conocido en los círculos de liderazgo, del que se hizo una película de animación que no siempre es fácil de encontrar por la red.

Un enlace que se mantiene a día de hoy es éste.

A continuación permitidme que rescate del olvido algunas consideraciones que Kenneth Blanchar hizo al respecto tras su lectura.

El queso es una metáfora de lo que uno quiere tener en la vida, ya sea un trabajo, una relación amorosa, dinero, una gran casa, libertad, salud, reconocimiento, paz interior o incluso una actividad como correr o jugar golf.


Cada uno de nosotros tiene su propia idea de lo que es el queso, y va tras él porque cree que le hace feliz. Si lo consigue, casi siempre se encariña con él. Y si lo pierde o se lo quitan, la experiencia suele resultar traumática.

El en cuento, el “laberinto” representa el lugar donde pasas el tiempo en busca de lo que deseas. Puede ser la organización en la que trabajas, la comunidad en don de vives o las relaciones que mantienes en tu vida.

Uno de los ejemplos reales de cómo ha servido este cuento en la vida real es el de Charlie Jones, respetado locutor de la cadena NBC, quien confesó que escuchar el cuento salvó su carrera.

Jones se había esforzado mucho con la retransmisión de las pruebas de atletismo de unos Juegos Olímpicos. Por eso, cuando su jefe le dijo que había sido apartado de esa sección deportiva y que en los siguientes Juegos se encargaría de natación y saltos, le invadió la ira.

Como no conocía tan bien esos deportes como el atletismo, se sintió frustrado. El hecho de que no le reconocieran su buena labor lo irritaba. Le parecía injusto, y la ira empezó a afectar todo lo que hacía.

Entonces le contaron el cuento ¿Quién se ha llevado mi Queso?.

Después de oírlo, se rió de sí mismo y cambió de actitud. Advirtió que lo único que había ocurrido era que su jefe (o su cliente, o el mercado) “le había movido el queso”, y se adaptó. Aprendió sobre esos dos nuevos deportes y, en el proceso, descubrió que hacer algo nuevo lo rejuvenecía.

Su jefe no tardó en reconocer su actitud y energía nuevas y en aumentar sus retribuciones. Disfrutó de más éxito que nunca y se hizo una excelente reputación como comentarista.

Como toda empresa que aspire no solo a sobrevivir, sino a ser competitiva, tu empresa debe estar cambiando constantemente. Nos mueven el “queso” sin parar. Mientras que en el pasado queríamos empleados leales, hoy necesitamos personas flexibles que no sean posesivas con “la manera de hacer las cosas aquí”.

Y como todos sabemos, vivir en una permanente catarata de cambios suele ser estresante, a menos que las personas que tengan una manera de ver el cambio que las ayude a comprenderlo. Y aquí es precisamente donde entra en acción el cuento del “queso”.

En cualquier caso, espero que cada vez que releas ¿Quién se ha llevado mi Queso? Encuentres algo nuevo y útil en el cuento, tal como me ocurrió a mí, y que esto te ayude a afrontar el cambio y a tener éxito, sea lo que sea el éxito para ti.

Con mis mejores deseos, espero que disfrutes con lo que encuentres. Ah, y recuerda: Muévete cuando se mueva el queso.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Lo que importa es la productividad


Volviendo el otro día en el coche con Israel Pastor, compañero del Observatorio de Inserción Laboral de la UA, de participar como ponentes en unas jornadas de empleo en Benidorm, hemos reflexionado sobre una interesante cuestión.

Analizando el tiempo que invertimos en tareas a nivel profesional concluimos con que nuestra forma de trabajar es 24/7, lo que se traduce a una plena operatividad las veinticuatro horas al día los siete días de la semana.

¡Dejad que me explique y no me llaméis exagerado!

Nuestro 24/7 tiene una particularidad, y es que no la consideramos una carga sino una ventaja.

¿Cuál es la mejor recompensa para alguien que disfruta con lo que hace? La flexibilidad horaria y el trabajo por objetivos, un concepto que no acaba de cuajar entre el empresariado español, más acostumbrado a valorar los horarios y la productividad durante los mismos en lugar de la productividad en su conjunto.

Ese concepto algo arcaico, pero absolutamente comprensible en puestos lógicos de vigilancia o atención al cliente que demandan de disciplina horaria, descuida el factor más importante para alcanzar la mayor productividad: la motivación.

¿Quién no ha tenido un mal día en alguna ocasión y ha aguantado en el trabajo como ha podido con el consuelo de llegar pronto a casa? Soberana pérdida de tiempo que no beneficia ni al trabajador ni a la empresa.

Además, si la situación perdura los perjudicados son todos en su conjunto. Para el empleado contribuye a un progresivo desgaste y, por consiguiente, un descenso aún mayor de lo que podría dar de sí.

Para el empresario supone la ausencia y descenso de la productividad, obligándole a prestar atención a lo que está pasando en detrimento de otras funciones en las que debería centrarse.

Entonces, si la cosa siempre es mala para todos....¿por qué seguimos actuando de manera tan poco operativa?

Básicamente por ese carácter español picaresco tan característico en nuestra tierra. La disciplina y sentir como propia a la empresa no siempre arraiga en los empleados, en parte por una ausencia de motivación (pescadilla que se muerde la cola).

Igual que la creatividad puede surgir en cualquier momento, lo mismo sucede con las energías para trabajar. Es, por ejemplo, la fortaleza de la que, y con razón, presumen algunos autónomos cuando dicen que pueden quedarse hasta altas horas de la noche trabajando por no tener que madrugar al día siguiente. O aquellos que deciden airearse tomando un día libre para luego encerrarse durante otros tres y acabar un proyecto.

¿La clave? La responsabilidad personal hacia el trabajo.

Al fin y al cabo de lo que se trata es de la productividad.

Y si eso se consigue poniéndole las cosas fáciles al trabajador en forma de flexibilidad y confianza en lo que hace, muchísimo mejor.

¿O no?

La nueva figura de Egresado Graduado


Con los nuevos grados implantados en el Espacio Europeo de Educación Superior se han empezado a despertar ciertas dudas, muy interesantes, entre quienes están cursando, o han cursado ya, una Licenciatura.

Acceder a un grado quiere decir que en cuanto se es egresado se adquiere el título de Graduado. Fácil.

Este título se homologará automáticamente con los Grados europeos, de modo que cursar un grado en España sea igual que cursar el mismo grado en cualquier otro país de la Unión, en lo que se traduce como la base de la convergencia.

A la hora, pues, de realizar una baremación se facilitan mucho los trámites y los procesos tanto administrativos, en caso de presentarse a ofertas públicas o querer cursar otro grado, como de inserción laboral ante el hecho de que cualquier empleador en un país de la UE sabrá a ciencia cierta los conocimientos adquiridos por el aspirante durante su aprendizaje académico.

Ahora bien, ¿qué sucede con las personas que actualmente se encuentran a mitad de una Licenciatura? ¿Cómo se producirá esta convergencia? ¿O no se producirá?

He llegado a escuchar en coloquios informales a estudiantes que opinan que con la implantación real de los grados automáticamente, al finalizar su licenciatura, recibirán el título de graduado. Pero se les escapa el detalle de que no se puede obtener un título por algo que no se ha hecho. Es mucho más sencillo que todo eso. El que está estudiando una licenciatura obtendrá el título de licenciado y el que está estudiando o vaya a estudiar un grado obtendrá el título de graduado.

Al escuchar esta explicación los estudiantes en licenciaturas abren los ojos como platos y sienten cierto temor al presagiar que “han llegado tarde” a Europa y, por tanto, tendrán más problemas a la hora de enfrentarse al mercado laboral. En este punto es cuando tocar sentar en una silla al estudiante para que tome aire.

Y el planteamiento a continuación es el siguiente. Si hasta ahora esos quebraderos de cabeza para la homologación europea se traducían y solucionaban con papeleos y formularios, ¿qué sentido tiene ahora ponerse a temblar? Poco, o nada, ha cambiado entre el futuro licenciado y el que lo lleva siendo varios años. Eso hay que grabárselo a fuego en la frente.

Nadie va a quedarse fuera del mercado ni a partir de ahora los empleadores buscarán graduados en lugar de licenciados. Nada más lejos de la realidad.

La convergencia ha simplificado procesos, sencillamente.

La traducción pragmática es que una persona licenciada se enfrentará a más formularios que una persona graduada, como se venía haciendo hasta ahora. Es más, me atrevería a añadir (y esto es opinión absolutamente personal) que la carga docente de una persona licenciada, al ser generalmente superior, podría llegar a suponer cierta ventaja frente otra graduada en algunos aspectos, por lo que el equilibrio de fuerzas se mantendría en perfecta armonía. Una cosa por otra.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Las Siete Cualidades de la Actitud Positiva


Encontré un interesante artículo sobre Actitud Positiva que paso a reproducir con la esperanza de que, a su vez, se pueda continuar reproduciendo por la red.

Es de lectura rápida y amplio interés. ;-)

Las personas positivas comparten siete cualidades.

1. Creen en sí mismos.

Herb True dijo: “Muchas personas tienen éxito cuando otros no creen en ellas. Pero muy rara vez una persona que no cree en sí misma alcanza el éxito”. La primera característica de una persona con una buena actitud es que piensa positivamente en su valor personal. Cuando cree en sí mismo, es libre para verse bajo una luz objetiva y enfocarse en mejorar y alcanzar su potencial. Su imagen positiva es el pasaporte para el éxito en la vida.


2. Están dispuestos a ver lo mejor en los demás.

Nunca he conocido una persona positiva que no aprecie a las personas y trate de ver lo bueno en ellas. Todos tenemos expectativas de los demás. Pero podemos decidir si las expectativas serán positivas o negativas.

Si constantemente espera ver cosas buenas en otros, es mucho más fácil tener una actitud positiva. Si los trata positivamente, la tendencia es que lo tratarán de la misma manera.


3. Pueden ver oportunidades dondequiera.

El filósofo griego Plutarco, escribió: “Como las abejas extraen miel del tomillo, la más fuerte y seca de las hierbas, los hombres sensibles suelen sacar ventaja y provecho de las circunstancias más extrañas”. Las personas positivas ven oportunidades en todo lugar. Entienden que son el resultado de una actitud correcta. La oportunidad existe donde usted la encuentra.

Las personas con una actitud positiva, muchas veces dicen “SI”, porque nunca les pasa nada a los que dicen “NO”.


4. Se enfocan en las soluciones.

Casi todas las personas pueden ver los problemas. Para ello no se requiere nada especial. La persona positiva tiene su mente puesta en las soluciones, ve una solución ante cada problema y una posibilidad en cada imposibilidad. Louis D. Brandeis, en honor a quien se puso nombre a la Universidad Brandeis, dijo una vez: “En este mundo, la mayoría de las cosas dignas de hacerse habían sido declaradas imposibles antes de que fueran hechas”.


5. Desean dar.

Karl Menninger dijo, “Rara vez la gente generosa es gente mentalmente enferma”. Y es raro que sea gente negativa. Dar es el más elevado nivel de vida. Mientras más da la persona, mejor su actitud. La diferencia no está en lo que usted tiene, está en lo que hace con lo que tiene.


6. Persistencia.

Los sueños que se han hecho realidad son el resultado de personas que se aferraron a sus ambiciones. Se negaron a desanimarse. No permitieron que el desaliento les pusiera la mano encima. Los desafíos sólo los estimularon a un mayor esfuerzo.

Cuando usted tiene una actitud positiva, es más fácil ser persistente. Si piensa que el éxito está a la vuelta de la esquina, sigue adelante. Cuando cree que todo obra para bien, no le importará una pequeña incomodidad. Y cuando todo se desbarata, usted persiste si tiene una actitud positiva; después de todo, cree que la ayuda ya viene en camino.


7. Responsabilidad por sus vidas.

Una persona de éxito entiende que nada positivo ocurre si no está dispuesto a dar una paso adelante y asumir plena responsabilidad por sus pensamientos y acciones. Sólo cuando usted es responsable por usted mismo puede mirarse con honestidad, evaluar sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y comenzar a cambiar.


martes, 14 de septiembre de 2010

Consejos de las cosas que NO debería hacer una persona emprendedora


Hace poco me llegaron algunas reflexiones que Rosalind Resnik, consultora neoyorquina, nos brindaba después de darle vueltas al tema durante una sesión de gimnasio (son en esos paréntesis cuando suelen surgir las mejores ideas), en relación a qué NO debe hacer una persona emprendedora.


Me he permitido recopilarlas y ofrecéroslas en la lengua de Cervantes, añadiendo algunos comentarios.




La primera de todas es no aventurarnos a solas. Si ya es difícil de por sí construir un negocio, todavía lo es más estando a solas. Cualquier proyecto requiere de un mínimo de capital para empezar, ya sea en material, personal o infraestructura. La mejor manera de evitar un estropicio antes de tiempo es asegurarnos de tener suficiente margen en los precios de nuestros servicios para asumir la inversión y sacarle rentabilidad, algo que siempre es más sencillo en compañía. Además, los clientes preferirán una empresa con varios rostros a tratar con la misma persona desde los temas más banales a los más importantes.


En segundo lugar evitemos pedirle consejo a demasiadas personas. Si bien la opinión de los expertos es muy valiosa, máxime en los primeros pasos, un exceso de opiniones puede producir la tan temida indecisión, que se traduce en pérdida de tiempo, inversión o clientes. Cíñete a aquellos expertos sólidos en tu materia, si puedes contrátalos, y no olvides solicitar su opinión quincenalmente, como poco.


Como tercera reflexión nos recuerda no que el tiempo que dediquemos al desarrollo no debe descuidarse del de las ventas. Nuestro negocio se nutre de los servicios o productos que podemos ofrecer, no en los que podamos ofrecer. El mundo de los emprendedores no es el mundo de la fantasía. ¡¡Pero eso no quiere decir que demos la espalda a I+D!!


No apuntar a mercados demasiado pequeños, puesto que en cuanto alcancemos nuestra máxima expansión nos daremos de bruces contra una pared ante la falta de nuevas metas. Escoger un mercado grande ofrece mayores posibilidades de éxito al tener también mayores oportunidades.


Lanzar productos en un mercado sin contar previamente con un distribuidor. Es mucho más fácil extenderse por un mercado si contamos con una red de agentes que si vamos por libre. Representantes de fabricantes, agentes de cambio, agentes de bolsa…el networking aplicado más que nunca. Así que antes de invertir en un producto se debe consultar a los distribuidores si están en posibilidad de garantizar un mínimo de camino abierto.


Un precio excesivo para los clientes. Derivado de acciones de comunicación, principalmente. ¿De qué sirven las grandes campañas si al final encarecemos el producto a su costa? ¿Ha valido la pena? Encontrar el equilibrio entre difusión y precio del producto es uno de los principales factores para evitar un descalabro económico. Un consejo es ensayo-error a pequeña escala.


Invertir demasiado poco. Uno de los principales factores que desmotivan al emprendedor es la falta de previsión del capital que realmente necesita para poner en marcha su negocio. Invertir menos de lo necesario es como tirar el dinero por la taza del wáter: no sirve para nada. Se deben calcular todos los gastos antes de lanzar el proyecto y no después. Una empresa va más allá de alquilar una oficina, contratar la luz y ponernos un sueldo.


Invertir demasiado. Justamente lo contrario. No se deben matar moscas a cañonazos salvo que nuestra situación económica sea boyante y la idea de negocio se base en un capricho más que en otra cosa. Sobrefinanciar la empresa contribuye a que el dinero se agote antes. De poco sirve que todos los empleados tengan agendas de cuero y móviles cuando llega un balance mensual negativo.


Carecer de un plan de empresa. Si lo necesitan las empresas consolidadas, ¡cómo no lo van a necesitar las de nueva creación!. Es momento de dejar de pensar como aspirante y empezar a pensar como una persona de negocios. No tener plan de empresa es como conducir un flamante deportivo con el depósito lleno sin un mapa que nos indique cuál es el camino. En cuanto se agote la gasolina, se acabó.


Obsesionarse con el plan económico. Sin riesgo no hay éxito. Pasar demasiado tiempo dándole vueltas a la manera de conseguir la máxima seguridad económica es sinónimo de no crecer tanto como se podría, aunque también de no perder tanto como se podría. En el mundo de los negocios a veces hay que dar un salto de Fe. Por eso no todo el mundo vale como verdadero empresario.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Consejos para superar la entrevista de trabajo


La entrevista de selección de personal es la principal técnica utilizada en los procesos de selección por los empleadores. Es el caballo de batalla que descarta aspirantes y el primer cara a cara.


Recuerda: En una entrevista la primera impresión puede ser la última.

Háblame de tí

Será de lo primero que te pregunten. Practica en casa para resumir lo más destacado de tu formación y experiencias anteriores.

Los hobbies, voluntariados, asociacionismo,... de los que se puedan extraer ciertas habilidades también entran. No te centres únicamente por aquellas experiencias remuneradas.

Encaja siempre esta narración con el puesto al que estás aspirando.

Consejos Generales

Antes de la entrevista

En el mismo momento que respondas a una oferta de selección, debes estar alerta. Cualquier llamada perdida puede suponer una oportunidad perdida.

En el momento en que te llamen y te citen, si ese día no te va bien y es imposible cambiar el otro compromiso, hazlo saber sin problemas. Si sucede que te coincide con la entrevista en otra parte te recomendamos que no lo reveles. Nada desanima más a un empleador que un aspirante picoteando.

Investiga sobre la empresa. No acudas a las bravas. Pásate por delante, mira el tipo de atuendo de sus empleados y haz uso de Internet para conocer sus políticas, filosofías,... con el fin de tratar de encajar en el estilo corporativo de la empresa.

Repasa al dedillo el currículum que les hiciste llegar. Es pavoroso que el entrevistador pregunte por algo que se supone que has realizado y no lo recuerdes.

Acude siempre unos quince minutos antes, como poco. Nada estresa más que no encontrar aparcamiento en el último momento o llegar tarde por cualquier circunstancia. Si luego te toca esperar ya es cosa de la empresa. Por tu parte debes cumplir el horario a rajatabla.

Llévate copia del mismo currículum que entregaste a la empresa que te ha llamado. Adjunta en una carpeta los documentos más importantes que lo avalan, pero no los muestres si no te los piden.

Durante la entrevista

Recuerda la importancia de un correcto apretón de manos. El entrevistador va a estar analizando tu Comunicación No Verbal en todo momento. Estate atento a los movimientos de tu cuerpo.

Si estáis en un sillón y te hundes, siéntate cerca de borde para minimizar el efecto de los cojines.

Espalda recta. No cruces los brazos e inclínate ligeramente hacia delante. Evita tocarte la cara o el cuello durante la entrevista. Si el brazo va en esa dirección reacciona y haz que retroceda.

Memoriza el nombre del entrevistador. Como dice Daniel Carnegie, el nombre de una persona es el sonido más dulce que puede oír.

Espera a que te digan dónde sentarte. No des las cosas por supuesto y recuerda que estás en territorio ajeno, por lo que se aplican todas las reglas de cortesía. Si te incomoda el sitio hazlo saber pero no empieces a moverte de un lado a otro de la silla.

Escucha con atención las preguntas. Si no estás seguro de lo que te han querido decir no respondas. Pide si te pueden detallar un poco más la pregunta, con educación.

Evita los monosílabos y argumenta todo lo que digas. Recuerda que el entrevistador no te conoce, no tiene ni idea de lo bueno que eres y no va a conocer tus motivaciones o logros si no te encargas de decírselos.

Aunque es de cajón muchas personas no se dan cuenta y emplean lenguaje coloquial. No olvides que eres un profesional. Deja a un lado tu título universitario y el "buen rollo".

No hables mal de otras personas. Ningún entrevistador aceptará un empleado que le ponga de vuelta y media si deja la empresa. Si tuviste malas experiencias arguméntalo con tranquilidad y sin entrar en detalles.

Si te preguntan por lo que piensas ganar responde que en función del estado actual del mercado. Tu interés es aprender con la empresa, no exprimirla para hacerte una persona millonaria. Sí que puedes preguntar por el salario. El famoso tabú no lo es en función del contexto y de cómo digas las cosas. Deja el tema sólo para el final, para darle margen al entrevistador a sacar el tema.

Antes de marcharte agradece el encuentro y no olvides preguntar, sin mostrar ansiedad, cuándo podrás conocer el resultado de la entrevista.

Después de la entrevista

Nada satura más que un candidato llamando o mandando correos electrónicos para saber si ha sido aceptado. Las empresas serias contactarán contigo para darte la respuesta.

En caso de que esa respuesta sea negativa agradece la llamada y muéstrate como una persona cortés. Una negativa ahora no implica una negativa en el futuro. Tu perfil quedará registrado y, en caso de encajar con otro puesto, hay posibilidades para que te llamen. Colgar o mostrarse irascible es cerrarse directamente una puerta.

Si la respuesta es positiva entonces, ¡Enhorabuena!



lunes, 6 de septiembre de 2010

Y tú...¿de quién eres?

Empieza a estar de moda no pertenecer a ninguna red social, lo que se traduce en que la inmensa mayoría ya hemos caído, para bien o para mal, en alguno de los productos de networking digital que nos brinda la web.

Nuestro país es el tercero en la lista de naciones con más usuarios conectados a una red social y el sexto en número de inscritos en Facebook. A nivel Europeo somos incluso los segundos, sólo superados por Reino Unido.

Si "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", como dice Warner Bros, un gran poder en redes sociales conlleva también una gran responsabilidad.

A nadie se le escapa (y a quien lo haga que tome buena nota) que lo primero que hacemos antes de conocer a una persona es surfear por la web para dar con su tan ansiado perfil.

Facebook, Xing, Tuenti, LinkedIn, 123people,...

¿Se acabó la intimidad? Google ha actualizado hace poco su política de privacidad para Gmail, siguiendo los pasos de Facebook después de múltiples quejas por parte de usuarios que "descubrieron" que si colgaban algo en la red quedaba al alcance de todos.

¿De verdad todavía hay quien cree ciegamente en la fiabilidad de estos "criterios de privacidad"?

El mejor consejo que he oído en relación a este tema, y que recojo como si de sabiduría milenaria se tratara, es "Que no te graben". Gracias a Antonio por sus sabias palabras.

No hay mejor estrategia que evitar la exposición, máxime cuando las autopistas de la información, por muchos peajes que quieran poner, no dejan de ser bytes y bytes al alcance de cualquier con dotes para la informática.

No olvidéis que todo aquello hecho por una persona puede ser deshecho por otra.

Si nuestro deseo es minimizar la exposición contengamos el ego de enseñar esa ansiada fotografía, lo modernos que somos o lo guapos que estamos. Porque en todo, absolutamente en todo, hay quien puede encontrar la más mínima oportunidad para una crítica o una mala opinión.

Las redes sociales son un excelente canal para labrarnos la imagen y reputación que queramos, con la ventaja de poder controlar absolutamente cualquier información nuestra que queramos añadir.

Pero, del mismo modo, es caldo de cultivo para que otros añadan datos sobre nosotros que, aunque consigamos que la red los quite, quedan registrados en sus servidores (y, si no, leed la política de estas redes).

Yo uso las redes sociales. Es un hecho. Pero consciente también del riesgo que corro.

Lo que "no vale" es sorprenderse luego o echarse las manos a la cabeza.

Ojito, pues, a la hora de agregar personas indiscriminadamente y mucho cuidado con los "amigos de mis amigos".

Si quieres participar, asume las reglas. ;-)

De egresado a profesional


Antes que nada... ¿Has cambiado de actitud?

El Espacio Europeo de Educación Superior es ya una realidad. ¿Sabes lo que eso significa? Nada más y nada menos que la última frontera educativa ha caído. Europa está más cerca de casa de lo que crees, de modo que si antes uno se planteaba irse a trabajar a otra ciudad de España ahora deberás plantearte el irte a trabajar a otra ciudad de Europa.

Es lo que llamamos internacionalización, que consiste en el libre movimiento de aspirantes por el continente.

En Europa hay muchas oportunidades esperándote. Sólo tienes que mirar hacia el exterior y comprobar cómo son cada vez más los compañeros y compañeras que se afanan en perfeccionar sus idiomas y se lanzan a la aventura.

El nuevo modelo de mercado laboral necesita que cambies de Actitud, que seas valiente y que te esfuerces por adquirir conocimientos en idiomas para convertirte en ciudadano o ciudadana europeos.

De egresado a profesional

Con tu título bajo el brazo puedes considerarte una persona egresada o titulada. Eso está muy bien y seguramente haga que te sientas orgulloso de tu trabajo.

Pero al empleador no va a decirle nada. Si algo no falta en el mercado son egresados. ¿Qué es lo que realmente demandan los empleadores? Profesionales.

Mentalízate del cambio necesario que debes sufrir para dejar atrás la Universidad, los libros y las tutorías, y lanzarte de cabeza al mundo de las entrevistas, proyectos y análisis de actitudes.

Trabajando la actitud conseguirás el tan ansiado paso de egresado a profesional, poniéndote en cabeza de todos aquellos que siguen buscando empleo con recelos o inseguridades fruto de la posible inexperiencia. Anótate un tanto y sal con la cabeza bien alta para que seas el primero al que puedan ver.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Enchufe VS Contacto

Esther Gallego, orientadora laboral y técnico del Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante, realizó una interesante reflexión sobre la diferencia conceptual entre “Enchufe” y “Contacto”, que comparto plenamente.

La consecución de un objetivo a través de un enchufe reviste una dificultad mínima y un esfuerzo, en la gran mayoría de ocasiones, casi nulo. Digamos que la corona viene dada de familia y el auténtico trabajo hubiese sido no conseguir el objetivo.

En cambio, obtener dicho objetivo mediante un contacto difiere en el sentido de que ese nexo entre objetivo-consecución ha sido fruto de un trabajo previo por nuestra parte.

Entraríamos de lleno en la disciplina venida a llamarse Networking, que se traduce en el clásico intercambio de tarjetas aprovechando cualquier oportunidad. En este sentido recomiendo un rápido vistazo a los Consejos de Networking efectivo.

El contacto forma parte de una red (social o profesional) que ha visto en nosotros un valor positivo en el sentido profesional, haciéndonos caer “en gracia” y ofreciéndonos sus recursos a modo de nodo con otro tipo de contactos en una red que se nos escapa.

¿Cómo nos ha percibido como valor positivo?

Sin lugar a dudas por méritos propios, lo que se traduce en trabajo y que difícilmente puede ser señalado por el dedo de nadie como enchufe. Una influencia conseguida a través del propio trabajo no puede considerarse enchufe sino contacto.


Son reflexiones fáciles de entender y todavía más fáciles y susceptibles de ser acusadas de obvias, pero soy un auténtico fan del sentido común, sobre todo porque me asombra con qué facilidad lo predicamos sin dejar de caer una y otra vez en los mismos errores.


Con el EEES como realidad palpable, el cambio de Actitud es la clave para la inserción laboral

Hace ya tiempo que el Espacio Europeo de Educación Superior dejó de ser un proyecto para convertirse en una realidad cada vez más palpable, lista para su puesta a punto desde el curso académico que amanece. Los programas y proyectos de adaptación a los nuevos modelos pasan necesariamente del papel a la práctica para mantener a las universidades a la vanguardia de los futuros procesos de calidad, siendo especialmente importante el fomento de la empleabilidad entre los jóvenes.

Bien es sabido que se hace necesario un cambio de mentalidad y de estructura en la formación de los estudiantes y hacia su entorno social. Se insiste, pues, en la necesidad de un proceso de convergencia entre la Universidad y dicho entorno, concentrándonos en la conveniencia de estrechar las relaciones entre el mundo académico y la sociedad a través de un cambio de criterio en los contenidos y pedagogía de las carreras universitarias, para adecuarlas a las exigencias y necesidades del mercado laboral junto la puesta en marcha de nuevos programas de fomento de la empleabilidad.

Actitud hacia el empleo

Los períodos de recesión también implican, por otro lado, la aparición de nuevos nichos de mercado para todo aquel que, lejos de quedarse esperando que lluevan las oportunidades, pone en práctica una actitud proactiva, que se ha convertido desde hace tiempo en la diferencia para alcanzar el éxito. Cuando desciende la oferta de empleo ésta se centra ya no únicamente en especialización y en habilidades transversales, sino en algo mucho más fácil, en principio, de trabajar, como es la actitud.

La actitud del y de la joven aspirante se ha convertido en los nuevos valores que rascan los empleadores a través de sus procesos de selección.

Si hace ya tiempo que las titulaciones dejaron de ser sinónimo de trabajo, ahora tampoco lo son ni la experiencia ni las habilidades transversales. El nuevo modelo de empleado por cuenta ajena o propia pasa, necesariamente, por un cambio de actitud que lleva de la mano la internacionalización en la búsqueda de ofertas.

Europa y la convergencia saltan del plano informativo y aterrizan en la puerta de nuestras casas. Hay mucho futuro por delante y aprovecharlo es cuestión de reorientar nuestra actitud hacia las nuevas tendencias, algo en lo que laUniversidad de Alicante, a través del Observatorio Universitario de Inserción Laboral y el trabajo de las diferentes Facultades y Centros no ha dejado de crecer en calidad y estructura de gestión de prácticas, actitud hacia el empleo, autoempleo y movilidad.