lunes, 6 de septiembre de 2010

Y tú...¿de quién eres?

Empieza a estar de moda no pertenecer a ninguna red social, lo que se traduce en que la inmensa mayoría ya hemos caído, para bien o para mal, en alguno de los productos de networking digital que nos brinda la web.

Nuestro país es el tercero en la lista de naciones con más usuarios conectados a una red social y el sexto en número de inscritos en Facebook. A nivel Europeo somos incluso los segundos, sólo superados por Reino Unido.

Si "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", como dice Warner Bros, un gran poder en redes sociales conlleva también una gran responsabilidad.

A nadie se le escapa (y a quien lo haga que tome buena nota) que lo primero que hacemos antes de conocer a una persona es surfear por la web para dar con su tan ansiado perfil.

Facebook, Xing, Tuenti, LinkedIn, 123people,...

¿Se acabó la intimidad? Google ha actualizado hace poco su política de privacidad para Gmail, siguiendo los pasos de Facebook después de múltiples quejas por parte de usuarios que "descubrieron" que si colgaban algo en la red quedaba al alcance de todos.

¿De verdad todavía hay quien cree ciegamente en la fiabilidad de estos "criterios de privacidad"?

El mejor consejo que he oído en relación a este tema, y que recojo como si de sabiduría milenaria se tratara, es "Que no te graben". Gracias a Antonio por sus sabias palabras.

No hay mejor estrategia que evitar la exposición, máxime cuando las autopistas de la información, por muchos peajes que quieran poner, no dejan de ser bytes y bytes al alcance de cualquier con dotes para la informática.

No olvidéis que todo aquello hecho por una persona puede ser deshecho por otra.

Si nuestro deseo es minimizar la exposición contengamos el ego de enseñar esa ansiada fotografía, lo modernos que somos o lo guapos que estamos. Porque en todo, absolutamente en todo, hay quien puede encontrar la más mínima oportunidad para una crítica o una mala opinión.

Las redes sociales son un excelente canal para labrarnos la imagen y reputación que queramos, con la ventaja de poder controlar absolutamente cualquier información nuestra que queramos añadir.

Pero, del mismo modo, es caldo de cultivo para que otros añadan datos sobre nosotros que, aunque consigamos que la red los quite, quedan registrados en sus servidores (y, si no, leed la política de estas redes).

Yo uso las redes sociales. Es un hecho. Pero consciente también del riesgo que corro.

Lo que "no vale" es sorprenderse luego o echarse las manos a la cabeza.

Ojito, pues, a la hora de agregar personas indiscriminadamente y mucho cuidado con los "amigos de mis amigos".

Si quieres participar, asume las reglas. ;-)

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