lunes, 27 de septiembre de 2010

Ya estamos a lunes...¿otra vez?


El propio Gardfield afirmaba que odiaba los lunes, ese terrorífico día para muchos, motivo de alegría para otros.

Sea como fuere hay una persona que puede controlar el devenir y las emociones de este día. Una persona capaz de re-interpretar su entorno, adaptarse y superarlo con una sonrisa en la cara que celebrará con la llegada del viernes.

Y sabes a qué persona me refiero.

Tú. ¿Quién si no?

Los cambios en la actitud son internos y constituyen la principal defensa contra los cambios externos. "Al mal tiempo buena cara", como cita nuestro popular refranero, a lo que yo añadiría "Al mal tiempo ponle una careta de payaso y una peluca rosa" para verlo con otros ojos y reírte todavía más de la situación.

Los lunes no van a dejar de existir. Nos acompañarán hasta el final de los días, incluso en el caso de que se produzca una invasión extraterrestre que domine nuestra civilización. En ese supuesto puede que incluso se dupliquen los lunes y tarden menos de una semana en aparecer.

El lunes, paradigma de eso que tanto nos cuesta hacer: trabajar.

Creo que hay un factor de comunicación de masas que afecta de lleno al fenómeno, contagiándose de persona en persona. ¿O quién no ha llegado animado un lunes para, en cuanto ha visto la actitud de sus compañeros, derrumbarse y rezar para que fuese viernes de nuevo?

Factor Interno: Nosotros. Lo podemos controlar.

Factor Externo: Los demás... ¿o nosotros también? (ergo, lo podemos controlar).... ;-)

Ahí queda la reflexión.


Añado una serie de curiosos consejos que he recopilado de otros artículos para combatir la pereza y tristeza que acompañan el final de un fin de semana lleno de actividades lúdicas.

De nuevo aluden al positivismo y a la voluntad.


  • Autoconvencimiento: El lunes es un día que hay que tomarse con humor. Recuerda: ningún día está tan lejos del próximo lunes como el propio lunes, y eso sin dudas lo hace especial y más querido.
  • Alivio compartido: saber que tu jefe o superior tiene más preocupaciones que tú en estos días no da la felicidad, pero alivia un poco la carga de un día con reputación gris.
  • Puedes derivar trabajo a tus subalternos. Si eres jefe y te sientes abrumado por los lunes y tus responsabilidades laborales, al menos tienes una salida: siempre puedes derivar trabajo a tus subalternos y aliviarte así la carga del día.
  • Amabilidad: Los lunes por la mañana algunos son capaces de sentir instintos destructivos sólo de pensar en la sonrisa de ese compañero de trabajo que resulta particularmente irritante. Trata con amabilidad extra a los demás y ellos harán lo propio contigo. Este simple gesto ayudará a pasar mucho mejor el día.
  • Terapia musical: Escucha tu canción preferida rumbo al trabajo. Está comprobado que la música es capaz de cambiar el estado de ánimo de las personas.
  • Terapia física: Está comprobado que el ejercicio físico moderado por la mañana carga de energía para el resto del día e incluso ayuda a regular el apetito.
  • Expectativas: Plantearse una meta atractiva para todos los lunes es uno de los mejores alicientes para superar la clásica depresión de este día. Puede tratarse de un concierto, de una película en el cine, de una cena en pareja o de una salida con amigos.
  • Aclimatación: Si has pasado el fin de semana fuera de la ciudad o fuera de casa, te recomendamos no volver el domingo muy tarde ni el lunes por la mañana.

2 comentarios:

  1. Yo todos los lunes me pongo "Hoy puede ser un gran día" de Serrat y la canto a grito pelao en el coche de camino al trabajo. No te negaré que los compañeros de atasco me miran extrañados, pero todo sea por intentar entrar a trabajar con algo de ánimo... :-)

    ResponderEliminar
  2. Me uno a tu ejemplo, Lorena. :D A partir del próximo lunes todos con Serrat.

    ResponderEliminar