jueves, 9 de diciembre de 2010

La Creación de Equipos de Trabajo


Cualquier proyecto funciona en base a una serie de criterios como son: Equipo Humano, Recursos Materiales y Tiempo, todo ello aderezado por la financiación adecuada o la entrega emprendedora.


A estas alturas de tanto "coaching", "liderazgo" y "gestión", queda más que claro que el principal aspecto a mimar no es otro que el capital humano. De poco sirven los otros dos sin personas que lleven adelante el proyecto.


En cambio, aún sin recursos ni tiempo, un grupo de valerosas personas entregadas pueden producir un milagro en forma de éxito, porque lo que importa es, ante todo, la motivación.


Pero antes de motivar al equipo toca crearlo. Dedicándole el tiempo que se merece a la creación del equipo evitaremos conflictos posteriores que darían al traste con la ilusión, la financiación y los esfuerzos personales del resto.


Los autores Jon Katzenbach y Douglas Smit, en su libro La sabiduría de los equipos proponen tres disciplinas a la hora de iniciar la ardua tarea de crear un equipo humano para liderar un proyecto, que os dejo con algunas consideraciones personales.



Un propósito común significativo que el equipo ha ayudado a formar.


Y aquí añado que, sin lugar a dudas, cualquier proyecto que nace del propio equipo tendrá más visos de prosperar que aquel que se nos ha impuesto desde otras instancias.


Sentirse "elegido" es positivo, pero lo es más aún creer en lo que estás haciendo.



Los objetivos específicos de rendimiento que derivan de los fines comunes.


Cada paso es una meta conseguida, y cada meta conseguida un objetivo específico que sumará para alcanzar el objetivo común general.


El trabajo en equipo necesita de personas capaces de entender esta abstracción de una manera estratégica y productiva. Contar con una "mula de carga" que lo hace todo no es la solución en un mundo donde se antepone la capacidad de superación y el afán por celebrar cada pequeño éxito como motivación para continuar en la brecha.




Una mezcla de habilidades complementarias.


La tan consabida concepción de "equipo multidisciplinar". Crear un equipo va mucho más allá de elegir compañeros simpáticos.


Se trata de buscar el equilibrio entre "cómo interactuará esa persona con el resto" VS habilidades específicas.




Un fuerte compromiso con la forma en que el trabajo se hace.


Debatir, exponer, argumentar... En los inicios es fundamental aplicar criterios comunes fruto del consenso. Si no es en este momento, luego será tarde y posiblemente hayamos dejado por el camino recursos y energías irreparables.




La responsabilidad mutua.


Nos encanta mirar por encima del hombro y adoramos caer en la desidia de justificar hasta la extenuación cada una de nuestras acciones. Nosotros jamás seremos los malos, ¿verdad?


Si nos quitamos esa venda de los ojos, reconociendo nuestros defectos y buscando la manera de pulirnos sin tener que hacer comparaciones odiosas, conseguiremos acercarnos un poco a la perfección en el sentido de responsabilidad.