Basta con no caer en el error o la desidia de adorar los comentarios en la red como si se tratase de una Divinidad Revelada.
Para grabar a fuego en nuestra ya marcada frente: La red no es absoluta. El feedback de las redes es siempre relativo (entra mejor si lo repetimos un par de veces).
Ojo, pues, con el peso de las informaciones que nos hagan llegar.
El texto de una sola persona no puede, ni debe, representar a toda la masa. Una vez más es un argumento de sentido común y, cómo no, una vez más erramos en su aplicación.
Sumémosle a eso que la percepción se distorsiona cuando se une la emoción del receptor al sentirse centro de interés.
De hecho, la propia ausencia de comentarios a una propuesta no significa que el resto de usuarios esté de acuerdo con lo planteado. Incluso podría ser más bien al contrario, pero no hay manera de saberlo. ¿O sí?
Lo que sí es de lógica aplastante es que cuantos más comentarios a favor más interesante es llevar a cabo la iniciativa citada en la red, siempre conociendo posteriormente su evaluación.
Por último, para los que más temen exponerse en las redes, garantizarles que una sola crítica no debe bajarle la moral a nadie. Al revés, hagamos la lectura positiva:
Una sola crítica puede señalar que el resto de usuarios ha quedado satisfechos con la actividad o la acción.
Finalmente, antes de que cerréis la ventana del navegador dejad que insista en considerar las redes como una herramienta más de la comunicación con nuestros públicos, ya sea a nivel personal o profesional, con los mismos ítems en las ventajas y en los inconvenientes: hablar un mismo idioma y exponernos al 100% de los usuarios virtuales.
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