martes, 6 de septiembre de 2011

¿En serio quieres emprender?


Sólo se vive una vez....¡¡pero hay que vivirla!!

Lanzarse a la piscina es una cosa, y otra muy diferente es tirarse de cabeza a un pozo sin fondo.

Mentalízate para aceptar el reto. ¿De verdad tienes espíritu emprendedor?
A todos nos ha apetecido arreglar el mundo después de unas pintas o de una noche de desenfreno. Pero eso no quiere decir ni que seamos capaces de hacerlo ni de que verdad estemos dispuestos a aceptar el desafío.

El proceso de Emprender sigue unos cánones muy parecidos a esos momentos de euforia. Una chispa se ilumina en la cabeza y a continuación imaginamos un emporio en el que reinan la felicidad y los beneficios.

Pero para saber si realmente puedes hacerlo, la primera primerísima etapa es sentarse a reflexionar sobre tu vida y obra. ¿Has llevado antes algún tipo de proyecto? ¿Eres de esas personas que adoran estar tiradas en un sofá sin hacer nada? ¿Te consideras capaz de invertir tiempo personal sacrificando otras obligaciones?

Indaga por la red, lee experiencias de éxito y revisa los perfiles de otros emprendedores antes de ponerte la etiqueta. Es fundamental darse cuenta de las limitaciones antes de invertir una cantidad de dinero en un proyecto que tiene más de ilusión que otra cosa.

Eso sí, una vez consolidado ese convencimiento de querer comerse el mundo, no lo dudes, porque en este caso sí que se cumple aquello de "Sólo se vive una vez".

Indaga en lo referente a necesidades del mercado.
En tu cabezita lo tienes claro pero... ¿de verdad hay un hueco para tu idea? Si no tienes públicos (clientes) disponibles, vete pensando en cambiar el concepto de "empresa" por el de "hobbie".

Es fundamental reconocer el terreno, igual que haría un paracaidista antes de subirse al avión y lanzarse, para no meternos de lleno en un pantano de fango.

El estudio de las necesidades del mercado no es sencillo, y suele resultar la parte más tediosa, pero es un primer paso hyper-mega-necesario que dependerá además de la tipología de empresa que tengamos pensada, teniendo además en cuenta las múltiples ventajas de Mercado Internacional que se nos brindan desde diferentes instituciones y entidades.


Planifica la inversión a través del Plan de Negocios.
El libro gordo de petete. Se acabaron las tardes de café y cervezas soñando con una empresa próspera. Es hora de levantarla desde sus primeros pilares, y esto es desde la planificación más rigurosa.

¡¡Revisa bien qué tipo de persona emprendedora eres!! ¿Eres la semillita de la idea o eres la persona técnica capaz de desarrollarla? No es lo mismo tener una gran idea a tener claros los objetivos técnicos y materiales a alcanzar. ¿Cuántas empresas se han ido al traste por no saber equilibrar creatividad con conceptualización técnica? El tándem perfecto está formado por una mezcla de ambas personalidades, la creadora y la desarrolladora.

Si cuando estés frente el esquema del Plan de Negocios te invade el sudor frío, ya sabes que hay altas probabilidades de que debas buscarte al socio de turno. ;)

Do it
Y si después de todo este proceso te sigue quedando algo de esa primera ilusión del arranque, entonces considera la prueba como superada y, ahora sí que sí, lánzate de cabeza y cómete el mundo.




lunes, 5 de septiembre de 2011

The Empire Strikes Back


Pues eso mismo. ¿Cuántas veces después de unas vacaciones hemos sentido la necesidad de rebuscar en el armario el traje de Darth Vader para iniciar nuestro particular Imperio Contraataca?

Son días en los que nos vemos inundados y hasta saturados con mensajes post-vacacionales de ánimo, ilusión, proyectos y un sinfín de consejos sobre cómo superar con éxito la vuelta al cole.

Pero, vamos a ver… ¿A estas alturas y todavía no nos hemos dado cuenta que el mensaje es, ante todo, perverso?

La auténtica filosofía debería ser algo del tipo “Lleva siempre encima un trocito de tus vacaciones en el trabajo, y un trocito del trabajo en tus vacaciones”. ¡Y me explico antes de ser abatido a pedradas!

Sabiendo que el abismo profesional de tareas que se abre antes y después de un periodo vacacional es inmenso, por mucha planificación de la que dispongamos, la recomendación pasa por aprender a convivir en el día a día, semana tras semana, con espacios dedicados realmente a un mínimo de “Vacaciones”.

Y no se trata únicamente de sacar media hora para ver la televisión o salir con los amigos. Es más bien una actitud mental de desconexión, al igual que en periodos sin actividad profesional es ideal buscar esos breves momentos de reconexión para que no se nos atrofien las ideas ni se nos atragante ninguna tarea a la vuelta.

Puede sonar casi a novela de Orwell, y ciertamente yo pensaba algo parecido hasta que me animé a probarlo y descubrí que más que Orwell es un rollito Zen de actitud mental.

Y, señores y señoras, cierto es que funciona y que ayuda sobremanera a llevar una existencia armónica, en paz con los deberes y acorde a los derechos. Y si no, probadlo y entre cañita y cañita me comentáis las conclusiones.